Me pareció pertinente escribir lo que pensaba mientras bajaba por la calle de los faroles; no habían muchos edificios grandes, màs bien muchas casas viejas y por ser domingo estaba casi completamente vacío ese lugar; en la próxima intersección debía cruzar yo a la derecha.
Ya estaba bajando la niebla y el cielo estaba blanco, era inutil mirar hacia arriba en busca de un rayo de sol o un trozo de noche oscura, pues caminaba justo en ese instante que no es luz ni oscuridad, ni tarde ni noche...
...mi momento favorito.
Es casi nostálgico este escenario, y más si se le suma aquel bolero que venía lejano casi indescifrable de una cuadra más adelante de mi cruce, uno de esos boleros viejos de tocadiscos que hacen junto a la penumbra de la jornada un pestañeo perfecto en tiempo y esencia.
además ...
Iba a verlo a él.
No hay comentarios:
Publicar un comentario