lunes, 16 de mayo de 2016

Sobre brujas

        Llevo esto por dentro, cada vez que me siento así recuerdo que no estoy tan muerta.

        Es imposible no entender los ecos de fuera de esta sala, se meten como invasores abarcadores, penetran, consumen y llenan de esta sensación de magia. No creo que estos dibujos deban verse ni vivirse sin esta música atmosférica, me late el corazón de solo escucharla; no estoy tan muerta, no tanto.

        Pero cuando muera por completo y no en pequeñas partes no deseo más que convertirme en una raya, en una mancha, en una bruja.

        Los mundos repletos y encerrados tras esos vidrios generan en mi una cosquilla rosadita que hace mucho no sentía, despiertan mi piel y me hacen desear ser arrollada por tantos cuerpos como en sus dibujos existan.

        Líneas vibran, me tocan haciéndome llorar, lloro, porque recordé que esto es lo que quería y me volví a sentir menos muerta que antes.

        Que me atropelle una moto o me mate una bruja, pero vuélveme viento parte del garabato negro de esta oscura magia.

domingo, 21 de diciembre de 2014

Blanco y flores.

Se funden conmigo a esta hora los pensamientos,
Media noche en el hogar o la casa, ya no se en cual vivo,
Duermo pero parezco no respirar,
Ni un músculo se mueve pero en esta oscuridad la mente levita.

Mi mamá pintó mi cuarto de blanco
 como para aliviar los retorcidos y escandalosos temas de conversación conmigo misma
 como para aliviar la inflamación de los rincones de mi mente,
Pero ella no entiende, eso no se alivia.

Mi cabeza se ha vuelto una playa y las cosas una ola que inundan todo dentro,
Soy viento que sofoca y agua que ahoga,
todo comprimido en este cuerpo con piel tatuada de mi misma.

Ya no tengo pintura para pintar,
la única que tengo es la de las paredes blancas que pintó mi mamá para aliviar la inflamación,
Pero eso no se alivia.


Hay un gris que no existe, es el de la brisa que se cuela por mi ventana, 
a la que mi mamá le puso cortinas blancas, 
Cortinas blancas que como las paredes no alivian nada.

Hay un peso denso, 
es el olor a flores moradas y blancas como semana santa,
Las deje puestas cerca en el copete de la cama para que alumbren la noche.

El cuarto es pequeño,
está vacío y es blanco, 
Blanco como las nubes del llano,
Blanco como la luna en las cortinas,
Blanco como las flores blancas,
Blanco como si de verdad el blanco fuera a aliviarlo todo.

lunes, 2 de junio de 2014

Bajando por la calle

    Me pareció pertinente escribir lo que pensaba mientras bajaba por la calle de los faroles; no habían muchos edificios grandes, màs bien muchas casas viejas y por ser domingo estaba casi completamente vacío ese lugar; en la próxima intersección debía cruzar yo a la derecha.

    Ya estaba bajando la niebla y el cielo estaba blanco, era inutil mirar hacia arriba en busca de un rayo de sol o un trozo de noche oscura, pues caminaba justo en ese instante que no es luz ni oscuridad, ni tarde ni noche... 
 ...mi momento favorito.
   Es casi nostálgico este escenario, y más si se le suma aquel bolero que venía lejano casi indescifrable de una cuadra más adelante de mi cruce, uno de esos boleros viejos de tocadiscos que hacen junto a la penumbra de la jornada un pestañeo perfecto en tiempo y esencia.

                                                     además ...                 

Iba a verlo a él.





miércoles, 30 de abril de 2014

La tarde está lluviosa como mi Alma

La luz se va apagando y los tréboles de cuatro hojas siguen creciendo donde no los veo,
la nube camina y se orina sobre mi casa  donde el órgano narra las letras que desde ayer deseo.

La brisa se enfría y me abraza,
el café se calienta y me besa,
la tristeza se asienta en mi taza,
el olor del ambiente se espesa.

Que tarde lluviosa para existir,
dijo un susurro del viento,
escribe una canción sobre mi,
agregó callado mi silencio.

Hoy llevo puestas alpargatas
para siempre recordarte.
y tus lunas en mi piel
para en las noches cantarte.

Relatan las ninfas en calma
las leyendas de por allí
que está lluviosa mi alma
verde esmeralda rojo rubí.

Alayón.


sábado, 29 de marzo de 2014

La Ceniza está en nuestra ropa.

Hay una luz allá lejos,
No es blanca, no es de colores
Titila distante en medio del bosque,
Mi cuerpo hecho de líneas lo persigue
Y digo: necesito tu luz.

No sé que eres,
Pero te necesito…
 ¡Te perseguiré!.

Cruzo árboles, piso ramas,
Conozco animales y criaturas extrañas que me hablan de ti.
Yo soy de blanco y negro.
Tú eres luz.

Emprendo en tu búsqueda,
No me importa desbordar el atrevimiento,
Sé que te encontraré.

No te escondas,
Lo haces más difícil,
No te escondas,
Aunque me divierte.

He llegado aquí
Hasta ti
Puedo tocarte,
Eres luz.

Fue un largo camino,
No siento mi aliento,
Pero eres lo que necesito.


Eres luz.



sábado, 22 de marzo de 2014

Suspiro Capital



Pude saborear pequeños bocados de la gran ciudad que se muestra imponente e imposible a través de un reducido espacio de la ventana. 

Pequeños pestañeos de una visión casi onírica del subconsciente del universo; porciones minúsculas de Soto, Otero y Cruz Diez que se hacen tan mayúsculas como mi imaginación las pueda recrear.

Inmortal número de luces en cerros que parecen infinitos de gente que se juega la vida por el deseo diario de sobrevivir...

...mientras tanto yo con mucho frío observando desde la ventana del expreso.

viernes, 14 de marzo de 2014

Murió el pájaro, paréntesis.

Tengo una canción que no conozco de fondo, pero estoy creyendo que es mi nueva canción favorita, es una de esas horas en las que cierro los ojos y estoy en el medio de una pista siendo protagonista del sonido, bailo, salto, voy a volar, no me importa sino disfrutar la cancion. 
Abro los ojos.
 Susurro el coro siendo realidad; en un próximo capitulo cierro los ojos de nuevo, y ahora corro sin ningun destino aparente, soy solo feliz, no quiero parar de correr con los ojos cerrados.... Colores estallan, lineas que no había conocido antes. Abro los ojos, no está sino la sensación, ni siquiera puedo recordar las líneas para dibujarlas, no importa, la música ya no suena, solo soy yo en un espacio.

Murió el pájaro